En la primera fumata del Cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, se ha visto humo negro, lo que indica que los cardenales no han llegado a un acuerdo.
A pesar de intensas deliberaciones, las diferencias entre los electores son notorias, lo que retrasa la decisión sobre el nuevo Papa. Este resultado refleja las complejidades internas y las posturas divergentes dentro del Colegio Cardenalicio.
Los cardenales seguirán votando en busca de consenso, mientras la Iglesia espera ansiosa un líder capaz de enfrentar los retos del futuro. El proceso continúa marcado por la incertidumbre.