Glenda Saraí Argueta, una joven salvadoreña del caserío La Cuchilla en Morazán Sur, saca adelante a su familia elaborando y vendiendo coloridas hamacas.
La joven aprendió el arte del tejido hace nueve años y hoy, gracias a redes como Facebook y TikTok, comercializa sus creaciones y con lo que gana, sostiene a sus padres y a su hijo, a quien sueña con brindarle una vivienda digna, pues actualmente viven en una casa de bahareque y zinc.
No cabe la menor duda de que Glenda es ejemplo de lucha y esperanza y la prueba de que las mujeres de El Salvador no conocen limites a la hora de trabajar.