San Bartolo, Ilopango, fue tomado esta madrugada por 1,500 soldados y 500 policías tras detectarse intentos de pandilleros por regresar y reorganizarse. La operación fue confirmada por inteligencia policial y denuncias ciudadanas.
“Vamos a extraer hasta al último terrorista que esté escondido. No les permitiremos reorganizarse”, afirmó el presidente Nayib Bukele.
El cerco es total y la cacería implacable: los buscan hasta debajo de las piedras. Y de esta forma el gobierno reafirma su compromiso de mantener a El Salvador como el país más seguro del continente.