Una madre salvadoreña del barrio San José, en Santo Domingo, San Vicente, logró graduar a su hijo de la Universidad de El Salvador vendiendo tamales. La Madre soltera, se levanta cada día a preparar su venta, con la firme convicción de darles un mejor futuro a sus hijos. Sin ayudas ni privilegios, solo con esfuerzo y amor, cumplió uno de sus grandes sueños: ver a uno de sus “cipotes” convertirse en profesional. Su historia inspira y refleja la lucha silenciosa de miles de mujeres en El Salvador
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