David López, de 49 años, era visto como un cristiano ejemplar en San Miguel, activo en la iglesia y parte del coro.
Nadie sospechaba que ocultaba una oscura realidad. La semana pasada fue detenido tras descubrirse que abusaba de gatos y luego los congelaba en su casa, donde se encontraron varios animales en esas condiciones.
Quienes lo conocían expresan sorpresa e incredulidad, pues su imagen pública como buen cristiano contrastaba completamente con los atroces actos que cometía en privado.